El Manco de Oncativo.

 

Este es el relato que el Gral José María Paz hizo sobre su apresamiento

"(...) Estaba casi solo (es decir, sin mis ayudantes) a la cabeza de la infantería que mandaba el corones Larraya y al separarme, adelantandome, me siguió solamente un ayudante, que lo era de estado mayor, un ordenanza y un viejo paisano que guiaba el camino,. A poco trecho me propuso el baqueano si quería acortar el camino siguiendo una senda que se separaba a la derecha; acepte, y nos dirigimos por ella; este pequeño incidente fue el que decidió mi destino.
" El camino principal que yo había dejado por insinuación del guia  iba a tocar el flanco derecho de mi guerrilla, y la senda por donde iba  tocaba,  sin pensarlo yo,  con el izquierdo del enemigo.           
 "Debe también advertirse que que el ejercito tenia divisa punzo,  y no se hasta ahora porque singularidad aquella partida enemiga, que seria de ochenta hombres y pertenecía a la dimisión de Reinafe, habría mudado en blanca las mismas que arbitrariamente se ponían las partidas de guerrillas mías, que eran en gran parte de paisanos armados".
     "Mientras tanto seguía yo la senda, y viendo la tardanza del ordenanza y del oficial que había mandado buscar e impaciente, por otra parte, de que se aproximaba la noche y se me escapaba un golpe seguro a los enemigos , mande al oficial que iba conmigo, que era el teniente Arana, y yo continué tras el mi camino; ya estábamos a la salida del bosque, ya los tiros estaban sobre mi, ya por debajo de las copas de los últimos arbolillos distinguía a muy corta distancia los caballos, sin percibir aun los jinetes; ya, en fin, los descubrí del todo,  sin imaginar siquiera que fuesen enemigos, y dirigiéndome siempre a ellos".
     "En este estado vi al teniente Arana, que lo rodeaban muchos hombres, a quienes decía a voces:"Allí esta el General Paz, aquel es el General Paz", señalándome con la mano; lo que robustecía la persuasión en que estaba, que aquella tropa era mía. Sin embargo vi en aquellos momentos una acción que me hizo pensar lo contrario, y fue que vi levantados sobre la cabeza de Arana, uno o dos sables en acto de amenaza. Mis ideas confusas se agolparon a mi imaginacion; ya ya se me ocurrió que podían haber desconocido a los nuestros, ya que podía ser un juego o chanza,  común entre militares; pero vino, en fin, a dar vigor a mis primeras sospechas las persuaciones del paisano que me servía de guia para que huyese, porque creía firmemente que eran enemigos".
     "Entre tanto me dirigía a mi aquella turba y casi me tocaba cuando, dudoso aun, volví las riendas a mi caballo y tome un galope tendido. Entre multitud de voces que me gritaban que hiciera alto, oí con la mayor distinción una que gritaba en mi inmediación: "Parece, mi General, no le tiren que es mi General; no duden que es mi General", y otra vez: "Parece, mi General". Este incidente volvio a hacer renacer en mi la primera persuasión de que era gente mía la que  me perseguía, desconociéndome quizá por la mudanza de traje".
      "En medio de esta confusion de conceptos contrarios y ruborizandome de aparecer fugitivo de los mios, delante de la columnaque habia quedado ocho o diez cuadras atras, tire las riendas a mi caballoy, moderando en gran parte su escape volvi la cara para cerciorarme: en tal estado fue que uno de los que  me perseguian, con un acertado tiro de bolas, dirigido de muy cerca, inutilizo mi caballo de poder continuar mi retirada. Este se puso a dar terribles corcovos, con que, mal de mi grado, me hizo venir a tierra". (sic)



Revista EL FEDERAL, Noviembre de 2006.-